
Reiteradas veces hemos planteado, en este espacio, el necesario acercamiento a las realidades culturales de nuestros hermanos amazónicos. Que la selva no sea un agregado del Perú, un acápite, un bosquecillo poblado por analfabetos tiraflechas. No. Aquí planteamos que nuestra selva sea considerada la mitad más uno del Perú, que el río Amazonas se convierta en el símbolo peruano del mundo, que las culturas étnicas selvícolas sean apreciadas no con ojos occidentales y que el Perú se enorgullezca de ser tan amazónico como patria del pisco, del ceviche y de los Incas.
Lastimosamente, la Amazonía sólo interesa a los medios cuando brota sangre. Y hoy, ante la masacre, recién se dan cuenta que los aguarunas existen, que hablan otro dialecto y que piensan diferente. Hoy, cuando la democracia regresó al Perú en 1980. Treinta años para nada. Y en una semana, el Estado republicano quiere resolver lo que no hizo en 130 años. Empiecen por conocer, al menos, las familias aguarunas. Nugkuag no es vietnamita, es peruano. Evaristo Nugkuag fue el primer presidente de AIDESEP. El primer Pizango. Entonces, urgente renovación educativa en el Perú, como publicamos en nuestro artículo antes de la tragedia de Bagua (VER ABAJO) Sólo una educación y una prensa GLOBALES Y NACIONALES nos hará fraternalmente más fuertes, sin los abismos que hoy padecemos. Verdaderos maestros y periodistas con visión nacional, eso es lo que necesitamos en este estado de emergencia cultural al que la "democracia" nos ha llevado.