Nuestro pronunciamiento (publicado en marzo pasado antes de la primera vuelta y extendido vía nuestro facebook "Biblioteca Amazónica") ha sido claro. Respaldar a Gana Perú era un compromiso con la Amazonía. Y en esta hora feliz de la victoria, creemos que el festejo debe dar paso al trabajo tenaz y responsable, serio y auténtico, dinámico en el fondo pero mesurado en la forma. Ollanta ya se pronunció, en su primer discurso triunfal en la plaza 2 de Mayo ayer domingo, sobre apoyar a los habitantes de la selva y velar también por esas fronteras amazónicas (las del Putumayo, del Yavarí, de Purus, de ese Perú selvático lejano, tan olvidado). Sí, señor Humala. Hay hermanos Ticunas en Caballococha, o Quechuas del Pastaza y Candoshis en el Alto Marañón. Hay Secoyas en el Putumayo, comandante, como hay Mastanahuas y Mashcos en ese Perú olvidado del "ucayalino" Purús. No va a ser fácil, porque no hay una sola Amazonía peruana fraterna y unida, eso es una ficción. Es difícil conciliar, por ejemplo, a los Awajún de la provincia de Condorcanqui con los Yines de La Convención cusqueña. Son dos mundos distantes. Claro que todo es selva, pero también son naciones distanciadas por los bosques. Y no sólo esas discrepancias se centran en nuestras comunidades indígenas. En las ciudades selváticas también hay antiguos resentimientos, como entre Tarapoto y Moyobamba o Tingo María con Huánuco. Contamana y Yurimaguas a veces se sienten relegadas por Iquitos, como Atalaya o Sepahua por la centralista Pucallpa. Ardua será la reconciliación amazónica. No lo olvide Comandante.
Pero todo lo puede la inteligencia y la honestidad. Miles de amazónicos le han dado el voto a Gana Perú, como se lo dio esta tribuna. Y hoy que, creemos, la "Hora Amazónica" ha llegado con las urnas, nuestro compromiso seguirá siendo el apostar por la educación y la información sobre y en pro de nuestra Amazonía, como lo venimos haciendo desde hace muchos años. Ahora más que nunca, tras la segunda vuelta, más amazónicos aún. Aunque no hayamos nacido en esos predios, amazónicos por lealtad a la tierra que nos cobijó siempre con tanto afecto y a la que tanta inspiración le debemos.